LA CADENA PARA SALIR DEL POZO DEL ALCOHOL

ENTREVISTA TELEFÓNICA AL PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE ALCOHÓLICOS REHABILITADOS DE SALAMANCA (ARSA)

La Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Salamanca (Arsa) es un apoyo fundamental para superar una adicción que ya afecta por igual tanto a  mujeres como a hombres.

Una gran familia. Una cadena de personas que lograron salir del pozo más profundo y que ahora ayudan a que otras lo abandonen lo antes posible. Así es la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Salamanca (Arsa). Una muleta a la que, por ejemplo, se agarró  con fuerza Antonio Cruz. El actual presidente de esta ONG intenta devolver todo lo que en su día hicieron por él. “Yo llegué con un pie en la tierra y el otro en el cementerio”, recuerda. Tras su recuperación empezó a trabajar para Arsa y ya son trece años los que lleva dedicándose en cuerpo y alma a este proyecto, siete de ellos como presidente.

Ya ha llovido desde que en 1978 nació esta asociación de la mano de dos religiosas y del entonces sacerdote de Pizarrales. Arsa comenzó su andadura en la céntrica calle Serranos, aunque poco después se trasladó a su actual sede en el paseo de San Vicente, justo enfrente del hospital Virgen de la Vega. Desde entonces hasta ahora ha cambiado totalmente el perfil de la persona con problemas del alcoholismo que llega a la asociación. “Antes el 90% eran hombres y ahora incluso hay más mujeres. También ha bajado la edad media en más de diez años. Antes rondaba entre los 50 y 60 años y ahora estamos por los 40”, asegura Antonio Cruz.

Los cambios no solo se han dado en el perfil de la persona que llega a Arsa, sino también en los métodos
de trabajo que se llevan a cabo. “Lo primero que hacemos es ofrecerles información de primera mano de lo
que conlleva dejar el alcohol. Inmediatamente después les invitamos a que vengan a los talleres y charlas
que organizamos. O que simplemente acudan a hablar conmigo o con los compañeros. También le dan cita en
la Unidad de Tratamiento Ambulatorio de Alcoholismo (UTA) para ponerles la medicación correspondiente y ahí nosotros hacemos un seguimiento diario”, afirma Antonio Cruz.

Una de las claves en esos primeros compases del tratamiento es que el pacientes esté entretenido y se evada de los malos pensamientos que le lleven a volver a beber. “Al principio lo que más incidimos es en que hagan trabajos manuales. Eso da muchísima tranquilidad. Yo mismo empecé así y me relajaba mucho. Además tienen una biblioteca, películas, ordenadores para buscar trabajo y conocer las redes sociales… Lo importante es mantenerlos aquí”, insiste el presidente de Arsa. La labor que desempeña Antonio Cruz tiene un valor incalculable para los usuarios de Arsa porque él mismo tocó fondo y salió a flote gracias al apoyo de esta gran familia.

“Llegué con un pie en la tierra y el otro en el cementerio y Arsa fue la muleta a la que me agarré con fuerza”
ANTONIO CRUZ

“Tenemos una trabajadora social que hace un gran trabajo y que puede dar información técnica, pero nosotros
le damos información vivida”, asegura.

El principal hándicap que se encuentra cualquier persona adicta al alcohol es el síndrome de abstinencia. Una vez superado, la mejoría es relativamente rápida como indica el propio Antonio Cruz: “Según los expertos la recuperación llega al cabo de dos años, pero en tres meses el hígado se ha regenerado de una forma
brutal. Además sube la autoestima porque te alimentas mejor, te aseas y la gente que te rodea te empieza a tratar de otra forma porque ve que no bebes. En ese momento te das cuentas de que si pruebas una gota de alcohol la vas a liar”. En esa carrera de fondo repleta de obstáculos Arsa juega un papel clave, sobre todo de acompañamiento. Por eso animan a todos sus usuarios  a acudir a la sede de la asociación. Una presencialidad que la covid ha truncado durante dos años y que se intenta recuperar poco a poco a pesar del miedo existente. Para seguir con esta tarea, Arsa pide más voluntarios que puedan realizar talleres de manualidades e informática y pongan su eslabón en esta gran cadena.

Entre el 70% y el 80% de las personas que acuden a Arsa logran superar su adicción y recuperar sus vidas. Un porcentaje muy alto que refleja el importante trabajo que se hace en la asociación.

 

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